Amor, poder y éxito: así han sido las cuatro décadas de amor de Botella y Aznar
Aunque los españoles comenzaron a adentrarse en la vida de Ana Botella y José María Aznar cuando el madrileño se convirtió en Presidente del Gobierno en 1996, la historia de ambos se inició décadas atrás. Concretamente en el año 1975. Un año decisivo, una etapa en la que el amor de pareja llegaría a la vida de Ana y de José María para quedarse. Pero, ¿dónde se conocieron?, ¿cómo fue el primer encuentro en el que ambos sintieron la complicidad que más tarde les empujaría a llevar una vida en común?, y, sobre todo, ¿cómo se adaptó este matrimonio al Palacio de la Moncloa?, ¿les costó transformarse en personajes públicos? LOOK responde a esta y otras cuestiones con motivo de su 40 aniversario de boda.
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Su primer contacto fue en la Universidad. Ambos estudiaron derecho en la Complutense de Madrid, aunque no fue hasta el último viaje de la carrera cuando se produjo su primer acercamiento. El interior de un avión fue el contexto que, sin que ellos lo supieran, les uniría para siempre. Así lo desveló el propio Aznar en una entrevista a Bertín Osborne en ‘Mi casa es la tuya’: «Hasta entonces habíamos hablado muy poco. La vi y dije: esta es mía. En Madrid quedamos a almorzar y a los tres días saliendo, le dije: Oye, tú te vas a casar conmigo. Y me dijo que sí. Ahora no puedo explicar mi vida sin ella».
Un pensamiento que se convirtió en realidad tan solo dos años después. Contrajeron matrimonio en 1977 en la iglesia de San Agustín después de que Ana aprobara las oposiciones al Cuerpo de Técnicos de Administración Civil de Estado. Entonces se trasladaron a Logroño y fue allí precisamente donde Aznar opositó para el Cuerpo de Inspectores de Finanzas del Estado, momento en el que entabló relación con el ya fallecido Miguel Blesa.
La vida de Aznar y Botella en el Palacio de la Moncloa
Ana Botella y José María Aznar después de que el madrileño ganara las elecciones en el año 2002/ Gtres
Un año más tarde, tuvieron a su primer hijo, José María (38), al que se sumaron posteriormente Ana y Alonso. Los tres pasaron su infancia entre las paredes de su chalet en la Moraleja, aunque no tardarían en cambiar las habitaciones de su hogar por el imponente Palacio de la Moncloa durante ocho años. En un principio parecía ser casi un sacrificio para ellos, pues tanto Ana como José María se habían mostrado contrarios a tener que vivir allí cuando fuera investido. Ese pensamiento cambió con los años y prueba de ellos las palabras del madrileño: «No es duro vivir allí, se vive muy bien. Subes unas escaleras y estás con tu familia». Una etapa a la que pusieron fin en el año 2004.
Ana Botella junto a su hijo Alonso /Telecinco
Según se reveló en ‘El Mundo’, Ana Botella desde un principio se había quejado de lo frías e inhóspitas que eran sus estancias. Las transformó con el uso de tapicerías y visillos y parte de nueva decoración. Sin embargo, el verdadero calor de su hogar lo logró con la unión que ella y su familia mostraban. Un vínculo indestructible que tampoco agrietó el hecho de que Ana se adentrara en política. Llegó a convertirse en sus inicios en concejala del Ayuntamiento de Madrid, aunque no fueron los únicos cargos que ocupó. Desde concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid hasta Alcaldesa de Madrid, siendo la primera mujer en desempeñar este puesto. Y José María pasó de la Moncloa al Consejo de Administración de numerosas empresas, un puesto por el que recibe suculentas cantidades económicas. Ambos se encuentran muy felices fuera de la política y es ahora cuando realmente tienen tiempo para desempeñar sus labores de abuelos con sus siete nietos.
Ana Botella y José María Aznar junto a su hija Ana y su nieto. En numerosas ocasiones se ha visto a la pareja disfrutar junto a sus nietos. /Gtres